Filipe Toledo y Caroline Marks campeones del mundo 2023

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En una sola jornada la WSL se ha ventilado la final mundial de la máxima categoría del surf, una vez más, en la ola de Trestles, California. Las previsiones para el sábado 8 de septiembre se suponían las mejores, y de verdad han tenido buenas olas, pero si esto es lo máximo que se puede esperar de esta ola, seguiremos diciendo que no es el spot donde decidir un título mundial. Había ciertas esperanzas de que un Ethan Ewing o el local Griffin Colapinto podrían superar a los brasileños en un surf sólido, pero de eso nada. Mucho recorte, mucho cutback y pocas secciones agresivas, pocas maniobras críticas, por no decir que no hubo ni un tubo.

Quinto título mundial consecutivo para el surf brasileño, y en estas condiciones parece difícil que salga alguien capaz de superar a los brasileños. Trestles es una ola que a todos nos gustaría surfear. Seguiremos diciendo que una final debería ser épica y para eso debería celebrarse en una ola donde la mayoría no nos atreveríamos a entrar. Es decir, Pipeline. Y si por motivos de calendario hay que hacerla en septiembre, se me ocurren unas cuantas posibilidades en Europa, por ejemplo. A lo largo de la historia de la competición, hay unos cuantos rides épicos que han quedado para la posteridad en los campeonatos de Pipeline: de Carroll, Shaun Tomson, Curren, Machado, Slater, Florence… De Trestles no creo que quede ninguno, de no ser por las txiribueltas de los brasileños y poco más…

Eso sí, la retransmisión muy buena, impecable para verla en directo.