Femme Ocean, de Annika Von Schuetz, es uno de los films estrenados durante el Bilbao Surf Film Festival de esta semana pasada. Annika es una cineasta alemana que también ha dirigido el corto “Alma” con el que Jorge López de Guereñu ha presentado su exposición de retratos en Itsasmuseum Bilbao. Tuvimos la ocasión de conversar con Annika tras la proyección de su película, un film que pone en valor el empoderamiento de la mujer en el surfing a través de las vivencias de mujeres que practican el surf en tres lugares muy diferentes: Portugal, Marruecos y Sri Lanka.
¿Por qué has elegido estos lugares que tienen tan poco en común?
Annika: Porque para mí era importante reflejar el mundo oriental y occidental, y como yo soy de Alemania, quería, en la medida de lo posible, intentar dejar de lado esa perspectiva que tenemos aquí de mujer blanca, afortunada, con dinero, surfeando las olas de Sri Lanka o de cualquier otro lugar tropical. Me parecía muy aburrido y por eso quería filmar con chicas locales auténticas y para mí lo importante era crear una imagen muy diversa; diversa en cuanto a la religión, a la filosofía, el trasfondo cultural y también a la edad.
¿De ellas qué es lo que más te ha llamado la atención? algo que te haya sorprendido realmente.
Hay muy pocas mujeres surfistas veteranas, de mayor edad. He conocido muy pocas que tengan más de 50 o 60 años, y también me ha resultado difícil encontrar en Marruecos y en Sri Lanka chicas surfistas que sean realmente nativas, que no vengan de familias con mucho dinero o que hayan estudiado fuera de su país, sino que sean, por ejemplo, hijas de un padre pescador, o de alguien realmente local, que igual ni sabe nadar.
Aquí vemos que en las escuelas de surf hay tantas chicas como chicos, pero después vas a la playa en invierno y apenas hay chicas en el agua. ¿Cuál crees que es la razón?
Cuando las olas son grandes tampoco hay muchas chicas. Mi explicación es que la imagen que tenemos del surf es muy agradable, con sol, en verano, agua caliente; pero para surfear realmente en todas las condiciones hay que ser una “fighter”, una luchadora, y eso creo que da miedo a muchas mujeres, porque crecen en su mayoría de una forma diferente a los chicos. La mujer crece con una mentalidad de que hay que tener cuidado, evitar peligros y en los chicos es lo contrario, sus héroes son los que se arriesgan, los más fuertes.
