Seguro que la WSL tendrá buenas razones para celebrar un CT (el único) en Europa en marzo. Supertubos es, sin duda, una ola top mundial si rompe en su mejor versión, lo que no es muy habitual, pero si no es así, es una ola muy corriente. Al menos la jornada final ha mejorado un poco las condiciones y nos ha regalado un par de olas espectaculares, pero poco más. Griffin Colapinto y Johanne Defay se han llevado el triunfo, pero los surfistas que dominaron en las olas potentes de Hawaii, como Jack Robinson, Jon Jon Florence, Barron Mamiya, Kanoa Igarashi, Caitlin Simmers o Molly Picklum, han pasado desapercibid@s en las condiciones mediocres de Peniche. Y es que el circuito entra en una etapa que promete sesiones aburridas -al margen de la excelente retransmisión en vivo, hay que reconocerlo- en los próximos campeonatos de Australia o Brasil, que poco pueden ofrecer, y qué decir del solemne tostón de la gran final en Trestles. Esperemos que Cloudbreak nos dé un poco de acción, y tal vez Teahupoo, aunque sea una ola que se repite demasiado. La WSL prometió ofrecer el mayor espectáculo con los mejores riders en los mejores spots del mundo en la época idónea. Pues echamos en falta J-Bay, o Puerto Escondido, o Hossegor en otoño, o alguna otra ola en Indo… Y por supuesto las finales en Hawaii!
